Autor: Orson Scott Card
Editorial: Ediciones B, S.A
Fecha de publicación: 2007
ISBN: 9788466636360
Número de páginas: 160
Género: Ciencia Ficción
Zeck Morgan estaba sentado atentamente en la primera fila del pequeño santuario de la Iglesia del Cristo Puro, en Eden, Carolina del Norte.
Una novela de estilo navideño en el borde final de esta época.
Esta novela, mucho más breves que las otras de esta saga y también más liviana de leer, no influye significativamente en las otras historias. Es sólo un desarrollo del modo de vida de los chicos de la Escuela de Batalla, fuera de las actividades del juego y de las clases. Esta sirve para desarrollar más algunos personajes que acompañan a Ender durante su estadía, ya que el personaje protagónico no lo lleva Wiggin, toda la historia de desarrolla alrededor de Zeck.
No simpatizo mucho con el hecho de que Orson haya decidido darle un papel tan importante a Ender, era la oportunidad de demostrar que el resto de personajes no necesariamente tienen que verse obligados a esconderse detrás del futuro gran almirante. Aunque no niego que la intervención de Ender está bien lograda, durante casi toda la novela él se mantiene al margen, observando, y es sólo al final que hace su aparición. Sirve también para alimentar el hecho de que Ender es ese líder que están buscando, sus muestras de compasión y tolerancia, en especial hacia Zeck, demuestra que a pesar del hecho de ser un personaje que tiende a aislarse funciona con el trato humano, sabe qué hacer y en cual es el momento más apropiado.
Hay quienes critican que el carácter de Ender resulta demasiado cristiano para ser creíble, en este libro. A mi parecer no lo es, en ningún momento. Él mismo lo deja claro, son sólo conocimientos los que él tiene. Están en una academia llena de niños con una inteligencia superior a la media. Si los padres de Ender, ambos, han llevado una vida apegada a la religión a pesar de las prohibiciones que se plantean en la historia y la necesidad de verse ocultándola, es obvio que él debió de aprender algo. Conjuntamente él mismo demuestra que la Navidad no es algo que le interese, para Ender hay cosas más valiosas en ese momento (su hermana y su falta de comunicación con ella).
Los personajes de: Zeck, su padre y los creyentes de su iglesia, no representan propiamente a seres de carácter religioso. Esta ‘religión’ que crea Orson para su novela resulta exagerada y raya en el fanatismo. Es por esto que en la Escuela Zeck no sea el tolerado, su manera de ver las cosas han sido enfocadas de manera tal que resulta ofensivo para el resto.
Zeck es además un niño arruinado, las torturas que el padre le proporcionaba son exageradas para un niño. A pesar de lo paradójico que resulte, ya que ellos proclaman ser pacifistas y eso no coincide con una disciplina basada en el maltrato físico.
Por otra parte la historia resulta divertida, como para leérsela de un tirón. Y como ya dije no es trascendental para la saga, pero si es suficientemente agradable como para no evitar leerla.
—Feliz Navidad —susurró Dink.
Y Wiggin sonrió.
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