A partir de estos capítulos arranca la acción. Pues este
libro más ha parecido una manera de introducir a los personajes, al mundo
mágico y demás datos de canon.
Primero, lo que marcaría una pauta en el actuar del trío.
Los tres, a pesar de que es sólo Hermione la que está dada hacia las
actividades investigativas, comienzan una búsqueda por descubrir lo que está
sucediendo en Hogwarts y se esconde de la mayoría de los ojos de los habitantes
del castillo. Comienzan a investigar a Nicolás Flamel y a a partir de este dato
descubren el gran misterio que acompañaba a los estudiantes desde el primer día
¿Qué sucede en el pasillo del tercer piso?
Con este dato comienza Rowling también a intentar que su
mundo ficticio encaje con las historias y las leyendas de nuestro mundo muggle.
No sólo toma personajes que han sido parte de la historia, sino que también
recoge seres de la costumbre fantástica europea adaptándola y así de esta
manera también enriqueciendo a los personajes.
Nos habla de un semi-gigante amante de los dragones y
dispuesto a quebrantar ciertas normas para hacerse con uno de aquellas bestias
que ha querido desde la infancia. Y no sólo tenerlo por tenerlo, sino que
también da muestras del afecto que siente hacia todos esas bestias. Lo que
recuerda lo cálido de sus ojos que se menciona en los primeros capítulos.
Finalmente está la aparición de los centauros, que desde ya
provocan cierta incertidumbre en las personas que llegan a tener tratos con
ellos. Pero, que Rowling profundizaría más su mirada cultural en libros
posteriores. “Marte brilla mucho esta noche”.
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