Autor: Marissa Meyer
Editorial: Feiwel & Friends
Año de publicación: 2012
Número de páginas: 390
Género: Fantasía, Ciencia ficción, Distopía
¿Cinder? ¿Cuentos de hadas? Cuando veo este tipo de cosas me pregunto si acaso se creen Disney que pueden venir y destruir obras literarias que eran tan buenas, es que los cuentos de los Grimm si eran buenos, no eran sosos ni con temáticas fantasiosas que rayaban en lo absurdo. Pero como a mí me gusta correr riesgos me atreví con este libro y sepan que está mejor de lo que había esperado.
Lo primero para enfrentarse a este tipo de libros es pedir disculpas a los autores originales, a este en particular lo más acertado es aceptar que la historia tomará otro rumbo. Que eso es lo que pasó, de Cinder sólo queda el pie, el baile y el príncipe. Y seamos sinceros el término aquí es pie, no zapato, así que ya vemos que la historia no va por allí. Esto no es un retelling, no están volviendo a contar la historia. Lo único que han hecho es tomar el patrón básico del cuento, y un par de elementos altamente significativos como para ver la referencia y captar un público ya establecido, pero todo esto para contar una nueva historia.
Esto se desarrolla en Nueva Pekín, interesante ya que la mayoría de sitios en los que se desarrollan las historias distópicas de estas dos últimas décadas son puramente americanos o europeos, siendo Norteamérica el lugar más recurrente. Tal vez para que se sintiera más el ambiente asiático se debió adoptar un poco el estilo de narrar asiático o mostrar más ambientes que recuerden al Pekín de ahora.
Cuando las distopías son a causa de la mano del hombre me limito a pensar ‘tan brutos que el pueblo no se puede levantar y dejar su voz en el asunto’. En cambio cuando lo problemas van más allá de gobiernos perversos y son causa de virus, enfermedades o fracasos biológicos, que bien pueden ser de causa humana no tiene el mismo control de un estado mal administrado, da mucho más que ver. El ver a nuestros ‘héroes’ de manos atadas a situaciones que superan lo cotidiano enriquece la historia. Al menos a mí, por muy mal contada que la historia esté, me dan ganas de averiguar por lo menos como es que se produjo y como encontrarán la solución.
El gran problema que se deja entrever en el libro, es que el gran secreto que servirá de Cliffhanger hasta el siguiente tomo se intuye desde la mitad de la historia. Por no dar spoiler no menciono más detalles, pero es que aunque no se vea el panorama completo se van viendo las formas que tiene este rompecabezas y comienza a resultar muy obvio el secreto de Cinder y de cómo esto dará paso al siguiente libro.
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