miércoles, 4 de junio de 2014

Blade Runner

Título original: Blade Runner
Dirección: Ridley Scott
Producción: Michael Deeley
Guion: Hampton Fancher, David Peoples. Philip K. Dick (novela)
País(es): Estados Unidos
Año: 1982
Duración: 117 min
Protagonistas: Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young
Género: Drama, Sci-Fi, Thriller
Clasificación: PG13

Más humanos que los humanos



Ya me he de referir al libro en el que está basada está película y en que estima lo tengo. Pero la pieza cinematográfica no se queda atrás. Para aquellos que dicen que mejor es el libro o la película, con esta historia en particular el debate no merece darse. El libro es asombroso, la película es un ícono del cine, hay cosas que no son idénticas entre los dos. ¿Y aquellos afecta? Absolutamente no, la esencia de la película está allí y eso, señores, es el sentido de una buena adaptación. Y no es sólo que el espíritu de la historia se conserve la que hace grandiosa hay una serie de motivo que la sustentan tanto como adaptación que como pieza cinematográfica en sí.

La trama se desarrolla en un escenario en ruinas, hablamos de un mundo destruido del que no queda mucho. Que ahora las películas hablan de eso a cada rato, pues Blade Runner ya lo hizo y en su momento si que resultaba novedoso. Y no es sólo que los edificios al completo estén abandonados y se vayan destruyendo con el paso del tiempo. También lo está la sociedad, el lugar que hemos abandonado es la Tierra y en ella no sólo los lugares sino a las personas. El quedarse en el planeta ya es una sinónimo de convertirse en deshecho. Si continúan acá es porque no pueden salir, ¿a quién le gustaría quedarse en un lugar que todos están abandonando?

Pero la historia no va sólo en fijarnos en cuan desgraciados son aquellos que aún quedan, es una invitación a reflexionar lo humano, ¿qué es? Y usa como punto de partida esa artificialidad que resulta tan mimética que necesita de procesos exhaustivos para definir que es humano y que no. Pero no sólo es la examinación de un elemento robótico que nos pueda engañar y la propia autoevaluación. Ya vemos como Harrison Ford en su papel de Blade Runner se cuestiona hasta qué punto son ellos artificiales y hasta qué punto él mismo es humano. Y qué tan humanos podemos ser cuando nuestra raza está compuesta por seres que no les importa destruir hasta ese punto su lugar de origen, y abandonar a nuestros congéneres.

Cuando en la raza análoga encontramos elementos que pueden sentir esa misericordia propiamente humana, ¿qué más da que sea una misericordia artificial? La tienen tan bien creída que son capaces de ser sentida. No me refiero a los replicantes que persigue Harrison Ford, sino al personaje de Sean Young, podríamos apostar cualquier cosa a que ella es humana, siente humanamente. Se siente parte de una familia, se ha involucrado con ellos y ahora lo hace con el Blade Runner, capaz de protegerlo. Siente autocompasión al descubrirse artificial y un deseo de supervivencia, un tanto distinto al de los otros, lo que le hace mejor imitación. Y como actriz, ni que decir, perfecta.

Ya que lo he mencionado dos veces adentremos a él. Una película no sólo se hace de la historia, eso para los libros, eso y palabras, las películas se hacen también de los actores. Y el protagonista es innegable que es asombroso, quién si no ha pasado de tal manera a la historia de la ciencia ficción y la aventura, no sólo es un Blade Runner, es Indiana Jones y Han Solo. Todos personajes que han marcado la historia del cine, que reflejan algo del actor, pero que resultan muy independientes en sí. Tanto que los sigue utilizando hoy en día por muy cuestionable que aquello sea.

Es esa mezcla de historia y adaptación, combinada con los elementos cinematográficos de actores, efectos, dirección, lo que hace de algo un fenómeno. Imposible negarlo, no de cualquier película se celebra a lo grande su aniversario de estrenada. Tanto que prometen secuela muy próxima, en lo que va a estar el muy querido Harrison Ford, pero ya no como principal. Sólo espero que le rinde el correcto honor a un clásico del cine como lo fue esta película del 82.


He visto cosas que los humanos ni se imaginan: naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión. He visto rayos C centellando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.

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