Título original: Farinelli (Il castrato)
Dirección: Gérard Corbiau
Producción: Walther van den Ende
Guion: Marcel Beaulieu, Andrée Corbiau, Gérard Corbiau
Países: Italia, Bélgica, Francia
Año: 1994
Duración: 111 min.
Protagonistas: Stefano Dionisi, Enrico Lo Verso, Elsa
Zylberstein
Basada en una línea histórica real está Farinelli, la
historia del castrato más famoso de todos los tiempos, los guionistas se dan
algunas libertades en cuanto a la historia de Carlo Broschi. Las cuales empañan
la fidelidad de esta pieza como documento histórico, pero no la arruinan como
obra cinematográfica. Podríamos decir que es una mitificación del personaje protagónico.
El diseño. Incluyendo ambientación, vestuario y todo está
muy bien logrado, en lo particular el estilo Rococó no me va, por lo muy recargado
que es. Pero hay que admitir que lograron hacerlo bien en la película, es que
no es una copia al azar de fragmentos de este estilo, sino una transportación a
la época en la que este imperaba.
La crítica a este estilo se hace notar en la voz de Handel y
luego en la del mismo Farinelli. Ambos cuestionan los arreglos y florituras que
usa Riccardo (hermano de Carlo) en demasía. Y la propuesta de Handel justo
marca este quiebre en la música. Cosa que obviamente Carlo también nota
necesario. Lo cual demuestra que no es sólo una máquina de canto.
Algo que te perturba de la película es el descubrimiento de
los castrato. Como la ambición humana, la búsqueda de la perfección, en este
caso musical, los lleva a hacer cosas antinaturales. Un hombre que es castrado
sólo para conservar la dulzura de la voz de un niño, por eso mismo el director
nos regala el patetismo en una de las primeras escenas, al ver como uno de
estos castratos se tira en busca de la muerte.
Y hablando de este tipo de escenas, hay momentos en los que
la historia es interrumpida por escenas que en cuanto a la historia no aportan
mucho, pero no resultan solamente decorativos (como el rococó) sino que le
sirven a Corbiau para ambientar, para transmitir emociones, que no significan
que los actores no la logren, sino que de esta manera logra realzarlas un poco
más, dando tiempo también para digerir al historia. Una de estas escenas es el
momento en que Riccardo ahuyenta a los caballos.
Como de fantasía resulta la amenaza que le hace Farinelli a
Handel, pero no es el hecho de hacerla. Sino como esa voz que encanta, enamora,
extasía, también puede ser usada para algo maligno. Mientras en la sala del
teatro todos han entrado en un momento de embeleso, tanto así que las mujeres comienzan
a desmayarse de la emoción, Handel se consume, la maldición dictada por
Farinelli se torna real. Algo similar sucede con Riccardo al escuchar a su
hermano durante el eclipse de sol.
Algo que leí y que comparto, esta película no es para todo
público, para verla hay que estar preparados. Ahora que la gente sólo escucha reggaetón
seguro que no podrán apreciar lo sublime de la voz y de la ópera. ¿Pero desde
cuando el cinematógrafo es para las masas? Esto es para un público y para
poderse denominar así hay que prepararse ante ello.
Para finalizar, Farinelli (il castrato) es de esas películas
que vas, te sientas a ver, se termina y preguntas ¿no eran 111 minutos? He
leído comentarios que indican que es muy larga o tal vez muy lenta, pero a mi
parecer es precisa. No se siente larga y el fin llega de manera que no resulta
ni apresurada ni muy lenta.
Como nota curiosa la voz de Farinelli que está tan
exquisitamente lograda fue el resultado de mezclar la voz de la soprano Ewa
Malas-Godlewska, y el contratenor Derek Lee Ragin, grabadas por separado y
luego mezcladas digitalmente.
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