domingo, 17 de abril de 2011

2001: Una Odisea Espacial



La más fácil relación del cine de ciencia ficción es con los viajes interplanetarios y más rápido resulta si en el mismo título se encuentra la palabra "espacial". Con este antecedente: Al inicio de la película viene a la mente ¿qué tiene de espacial una manada de monos? Duda que resulta muy válida para aquellos que no han leído el libro ni ninguna otra referencia previa.

Resulta irónico estos primeros minutos que tiene más pinta de documental que de película de ciencia ficción. Y es que como esclavos de nuestro egoísmo resulta incómodo, ver una película netamente animal. En especial cuando la ciencia es el resultado de la obra de la mente humana. Esa raza auto-considerada superior. Aunque en esas actitudes animales que se muestran se comienzan a entrever conductas humanas.

Y es que ese "amanecer del hombre" es también otro tema científico y muy arraigado: la evolución del hombre. Tema muy debatido, que haya sido el simio la especie escogida para evolucionar y ser superior a las demás especies, por su raciocinio. En el film son los entes extraterrestres a través del monolito que eligen a esa especie para influirle parte de esa habilidad intelectual para que la desarrollen.

En un salto temporal de millones de años terminamos en la órbita terrestre viendo como "danzan" en el espacio las naves que transportan a los humanos a lugares como la Luna, como si se tratase de un simple vuelo al país vecino.

¿En realidad Arthur C. Clarke creía que la tecnología avanzaría de manera tan rápida, hasta creer posible ese tipo de sucesos en 2001?

Luego de un despliegue informativo sobre las condiciones tecnológicas en ese momento se retoma nuevamente la trama central. Todo el viaje y todas las precauciones del secretismo tienen un sólo motivo. Otro monolito enterrado en la Luna, acaso la prueba de una civilización avanzada en algún rincón del espacio.

Una señal del monolito lunar, conduce la atención científica a un lejano planeta, Júpiter. Con una misión que embarga más secretos aún comienza el viaje de tres científicos hibernando y dos tripulantes despiertos, más el sexto tripulante un computador de última generación que se hace llamar HAL. Esa inteligencia artificial que intenta superarse al punto que ya no le bastan con igualar el intelecto humano sino que también quiere representar los sentimientos.

Finalmente entran a la atmosfera de Júpiter, ya muerta casi tosa la tripulación y desconectado HAL. Se ve una serie de imágenes caleidoscópicas, que tienen cierto tinte tecnológico a la vez de surrealista. Y en Júpiter una interpretación del mundo humano, donde el único sobreviviente ve acercarse aceleradamente su fin, para el renacer de un nuevo ser.


Una de las cosas que uno se preguntas es ¿Cuando se hizo esta película? Pues el trabajo de montajes y efectos en algunos momentos resulta obvio, con los avances al día de hoy quedaría mucho mejor. Pero, lo sorprendente es saber que viene de los 60's. Por cierto, muy bien recibido el Oscar en efectos especiales

Resulta peor que el terror (que por cierto no me gusta), peor que el suspenso. La ciencia ficción produce más escalofrío, tal vez sea porque es hacia lo que el hombre ansia dirigirse, la humanidad está buscando conquistar el universo y lo único que nos damos cuenta al ver hacia las estrellas es lo insignificantes que resultamos en comparación.

Y no es sólo atrayente el género en sí. Sino la intriga y el suspenso que maneja, te hace engancharte diciendo, ¿qué rayos pasa aquí? En un film con tantos conceptos y lento de digerir, pero que realmente llena.

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