Nos pasamos la vida atormentándonos por lo que nos sucede cada día, “pobres de nosotros que sufridos que somos” O tal vez creando planes impresionantes que sorprenderían al más soñador. Pero al fin y al cabo eso buenos momentos que nos alegran la vida son las cosas más sencillas y a veces un poco “tontas”.
* Pasar horas conversando con alguien.
Tal vez iniciar la plática (una ventana del msn, una llamada…) para comentarle algo breve, que de a poco se fue convirtiendo en una secuencia de temas sin fin, que a cada minuto dices “ya me voy” pero esa no será la última vez que lo digas, lo repetirás hasta el cansancio y cada vez mas tarde y con menos ganas de irte.
* El sol sale y se esconde todos los días.
Pero quien niega que sea agradable ver cómo se va hundiendo de a poco el océano, como los colores de día se van apagando, o tal vez verlo como se hunde entre las montañas y su luz dorada va cubriendo los arboles. O a lo contrario como la oscuridad va tomando diferentes matices has estar la luz del día.
* Un chocolate o un café.
Es que somos más sencillos de lo que pensamos, ahora me imagino una situación. Sentada con un libro en las manos (o tal vez alguien a lado), y en la mesa junto a mí un brownie (que podría cambiar por un frapuccino)
* Un recuerdo.
Tal vez no fue exactamente como tu mente lo pinta, tal vez ni sucedió, pero es un recuerdo. Los labios de tu padre besando tu frente. El calor de los brazos de tu madre. Aquella primera vez que lo/la viste aunque no fuera realmente buena (me refiero también a los amigos). O tan solo una palabra, tal vez un nombre.
* Solos tú y yo.
La soledad a todos les va bien, no importa el lugar, no importa la hora, ni lo que tengas cerca. Simplemente estar a solas con el creador. Quedarte allí y pensar o nada más admirar, ahogarte en tu mente y olvidarte del mundo por unos momentos.
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