Autor: Tahereh Mafi
Año de publicación: 2013
Número de páginas: 461
Género: Distopía, Romance.
«Los libros son fácilmente destruidos. Pero las palabras van a vivir el tiempo que la gente las pueda recordar.»
Segundo de la trilogía. ¿Es trilogía?
Adicional, la saga tiene dos relatos o novelas cortas. Como nunca reseñé
Shatter me, la primera parte es posible que ponga algo de ella dentro de esta.
Tampoco reseñé Destroy, el libro 1,5, que también he leído.
Hablemos de la manera de escribir. Es más
que obvio que la autora tiene un cierto placer por la palabra, así llanamente
la palabra, tal vez un poco más de cariño por la palabra escrita, como tal.
Esto se deja entrever en escenas muy definidas, como que la protagonista
escriba a pesar de que ello no es muy bien visto. Y el mismo hecho de que no
sea algo muy positivo los textos. He ahí la frase de Aaron que encabeza esta
reseña. Pero no se limita a escenas concretas, todavía no estoy segura si me
agrada o no, pero la manera en la que redacta tiene cierto aire de poético que
hace más gráfica la palabra.
(Si releo esto, seguro que ni yo me
entiendo) Ejemplo claro, el recurso de repetición, la protagonista cuando habla
consigo mismo tiende a repetirse frases con el afán de enfatizar. Otro ejemplo
es la necesidad de adornar las descripciones Ejemplo: “La soledad es una amarga
y mezquina compañera” Otro autor habría dicho: La soledad es mi única
compañera. Es una suerte de preciosismo, que según yo tiene esa inclinación a
lo poético. Mi debate interno es si me gusta o no, si está bien o no. No me
gusta la poesía por lo tanto lo siento incomodo, pero me parece que no lo abusa
en exceso, sí, se excede pero en momentos puntuales. Y lo de ‘graficar las
palabras’ me gustaría que se experimentase con un comic, tal vez podría
funcionar. ¿Por qué Tahereh no consideró un comic o una novela gráfico tomando
como guión su historia?
Vamos con los personajes: Warner, no me
gustó hasta la primera mitad del primer libro, a medida que avanzamos sólo me
puede gustar más. #teamWarner y sí es mi personaje favorito, por sobre todos.
Me gusta que no es un personaje negro como tal, si no más bien un gris oscurito
que se vuelve más interesante según ajo que luz lo observes.
Juliette, protagonista, personaje
principal. La que nos cuenta su historia. Veamos no es un arquetipo como tal,
pero me parece que se está volviendo muy tópico este perfil de chica fuerte.
Dame más tonos como Warner. Es la invencible, no la puedes tocar, ya mismo ni
la puedes ver. Pero me choca bastante cuando se derrumba, literal, me da ganas
de agarrarla y meterle unos cuanto golpes para que se componga. La chica ha
sufrido, pero en momentos se pasa de víctima, a nivel; no veo el mundo, sólo
veo mi patetismo.
Adam, completamos el triángulo amoroso.
¿A que no lo veían venir? Es tan necesario meter un triángulo amoroso en toda
novela juvenil. ¿Por qué simplemente no se convirtió en su mejor amigo y ya? Es
justificada la química entre ellos, Adam es la única persona que lo puede
tocar, definitivamente va a ser algo especial, pero recurso innecesario el que
se enamoren.
Hasta aquí llegaban los personajes
importantes del primer libro, del libro 1,5, pero en el segundo es digno de
mencionar a Kenji. Más que digno, este personaje sufre el síndrome “Gato con
botas de Shreck” me explico, se roba la pantalla. Se lleva toda la trama, todos
quieren un amigo como Kenji, no sólo como amigo, sino un mejor amigo. ¿En que
tienda puedo conseguir un Kenji? En el primer libro no termina de caer bien,
pero en el momento en el que está en su habitad natural se vuelve más
interesante. Si Warner es un gris con muchos tonos, Kenji es un arcoíris completo,
explota de personalidad. (Lo de Warner no es ninguna referencia a un tal señor
Grey, aunque seguro que es capaz de superarlo)
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