Autor: Arthur
C. Clarke
Año de publicación: 1951
Número de páginas: 192
Género: Ciencia Ficción, clásico.
Hace unos dos o tres años, tal vez más, seguro que más, ya había leído este libro. Primero hay que tener en cuenta quien es el autor. Teniendo a Arthur C. Clarke, ya se puede intuir que es lo que vaya a venir con esta historia. Él es un autor de ciencia ficción, de la clásica, no de lo que ahora se produce. Así que sólo con saber el nombre, podemos deducir que va a tener ese aire a un poco antiguo, pero bueno. Que aunque sea en menor cantidad va a abordar los temas tradicionales de la ciencia ficción, en este caso, el hombre frente al universo. Universo que tiene aún, mucho para descubrir. En cierta medida va a tener acción, por esa misma razón de que los personajes se conviertan en unos exploradores de los nuevos escenarios que se les presentan, ajenos a su mundo. Básicamente va dirigido a un público adulto, aunque la ciencia ficción siempre ha sido considerada un poco ‘juvenil’, pero no trata a sus lectores como niños. Por más light que sea las obras clásicas de este género, toman en serio a sus lectores y les proponen exigencias mínimas, o sea que piensen un poquito.
Bueno, luego de esa ‘breve’ introducción al género abordemos
de lleno la historia. De principio es un autocuestionamiento al género. Nuestro
protagonista es un autor de ciencia ficción, acompañado de un puñado de
astronautas, hombres de ciencia, inteligentes. En una época en la que ya hay
personas establecidas en Marte, cabe aclarar esto, para ver cómo ha evolucionado
el mundo al momento en que se desarrolla la historia. Así que muchos de los
primeros relatos de ciencia ficción se encuentran obsoletos, porque la ciencia
ha caminado por una vía muy diferente a la que soñaban los primeros autores.
Cosa que es real, cosa que puede pasar y cosa que pasa. Así, que este autor
tiene un gran reto por delante, superar esas debilidades de los primeros
relatos, e introducir en un ‘nuevo subgénero’ ya no es el relato espacial como
utopía, sino más bien como ¿comunicado de prensa? Como decía es un cuestionamiento
al género, ¿qué nos queda de libros que a día de hoy se han vuelto obsoletos?
Sus relatos ya no sirven para soñar sino más bien que han sido superados por la
ciencia.
Pero continuemos, Clarke aísla durante gran parte de la historia
a sus personajes, recurso que ayuda a conocerlos de manera más personal. Y sí,
también hay conflictos personales. Es inevitable en una convivencia tan íntima
por tan largo tiempo. Ya en la superficie de Marte la novela toma otros tintes,
pues Gibson se encuentra involucrado con las autoridades y como ‘mediador’ de comunicaciones
entre la Tierra y Marte se abordan temas de carácter político. Lo interesante
del personaje es como de autor de Ciencia Ficción pasa a ser parte de un
personaje de sus propios relatos.
Tiene un final muy poco esperado, tal vez innecesario, un
poco sacado de la manga, para decir verdad. La lectura es liviana, si alguien
quiere acercarse de verdad al género este podría ser una opción para comenzar.
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