Al iniciar el libro, es como un juego entre la narradora y el lector. Dando la expectativa de en qué momento comienza verdaderamente la historia. Y sin darnos cuenta nos vemos abordados por la presencia del malvado mago Howl, como lo pintan allí. En realidad un personaje muy interesante y como ya habría dicho de otros personaje: Él no es malo, tampoco bueno. Él sobretodo es humano, lo cual termina produciendo cariño e identificación en el espectador.
Por su parte, Sophie desde el principio muestra una falta de confianza en sí misma que a larga resulta desagradable. Aunque resulta obvio la insistencia por parte de la autora, tanto que deja entrever que el destino le tiene preparado algo que ella no se espera. Casi que no resulta una sorpresa que ella tenga ciertos poderes, o es que la tranquilidad con la que ella se toma esa noticia, resulta tan real que la contagia al lector.
El manejo del tema fantástico y la casi obviedad con la que maneja el argumento convierten al libro en un texto muy para niños. Aunque eso es, tal vez, lo único reprochable ya que tanto la historia como las figuras que se presentan lo hacen una pieza interesante. Algo que por lo general no sucede: prefiero la película ante el libro. Aunque no por eso lo dejaría de leer.
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